Desde la industrialización de los alimentos, el azúcar refinado inundó la mundial. Su alto consumo es también el principal culpable de la mayoría de las enfermedades crónicas que azotan nuestra sociedad como la , la hipertensión, la arteriosclerosis, la obesidad, el cáncer, el alzheimer, entre otras.
Puede entrar a nuestro cuerpo de diferentes maneras y el mecanismo es muy nocivo. Tiene una absorción rápida que a los pocos minutos hace subir la glucosa en la sangre, esto produce un estímulo directo sobre la insulina, la hormona que es encargada de sintetizar grasa y proteínas.
A continuación, los motivos por los que el azúcar refinado no es recomendable:
- No contiene ninguna de las vitaminas o minerales que el cuerpo necesita para procesarlo, por lo que no sólo no nos aporta nada desde el punto de vista nutricional, sino que roba al organismo minerales y vitaminas.
- Posee una impresionante capacidad adictiva.
- Distorsiona las hormonas, pues el sistema endocrino está compuesto por un gran número de glándulas interconectadas.
- Efectos: deprime el sistema inmune, envejece el cuerpo, crea inflamación, cambios raros de humor, síndrome premenstrual, etc.
- El azúcar, las harinas refinadas, los conservantes y colorantes intoxican desde que entran al organismo. El hígado es el guardián de ello, pero con el tiempo su capacidad desintoxicante se empieza a perder y las toxinas llegan al cerebro alterando sus funciones. Genera un estado en el cerebro de falta de oxígeno, de acidosis y de estimulación de la química cerebral que se relaciona con la ansiedad, la hiperexcitabilidad y esto se interconecta con la agresión, la angustia y los estados de pánico.
¿Le parece extraña la comparación entre el azúcar y la cocaína? Veámoslo más detenidamente:
1. El azúcar es un polvo blanco y cristalino altamente refinado, también lo es la cocaína.
2. La fórmula química de la cocaína es C17H21NO4. La fórmula el azúcar es C12H22O11. Desde el punto de vista práctico la diferencia es que al azúcar le falta el átomo del nitrógeno.
3. Las dos se derivan de fuentes vegetales comunes.
4. Las dos son sustancias químicas poderosas que producen fuertes efectos físicos y emocionales.
5. Tanto el azúcar como la cocaína producen dependencia psicológica más no adicción.
6. La cocaína no está asociada médicamente con ninguna enfermedad física seria.
El azúcar, en cambio, interfiere en los ataques cardiacos, en la obesidad, en la diabetes, en la insuficiencia renal, en las caries dentales y en la ceguera… sólo para citar unas cuantas.
7. Importar cocaína refinada a Estados Unidos es un delito federal. Importar azúcar refina a Estados Unidos es un delito federal.
8. Una cantidad infinitesimal de hierro presente como una impureza no se puede calificar como “mineral útil”.
Pero entonces ¿El azúcar no es una fuente excelente de energía? Si lo es, pero no del tipo de energía que usted desea. La venta de azúcar es un gran negocio, uno de los negocios más grandes de la industria alimenticia en todo el mundo. Las ventas de azúcar, sólo en estados Unidos, llegan a los quince mil millones de kilos al año; si se vende aproximadamente a cuarenta centavos de dólar el kilo a precio de mayoreo, esto suma sesenta mil millones de dólares anuales. No está mal. Por eso la industria azucarera tiene un batallón de grupos de presión ( perdón ahora se les llama “compañías de relaciones públicas”) para convencer al público de que el azúcar refinada es buena para su salud. Estas organizaciones de vanguardia tienen nombres muy elegantes, como “Seminario para una mejor nutrición”, “Consejo para el aprovechamiento de los alimentos” y otros seudónimos ligeramente confusos. Publican grandes anuncios en los que le dicen al consumidor que el azúcar es la mejor fuente de “energía”.
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