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Gary McKinnon es un escocés de 44 años que ha sido considerado el mayor hacker militar de la historia por haber accedido de manera continuada durante más de un año a ordenadores de la NASA, la Armada americana y el Pentágono, hecho por el cual existe una solicitud de extradición para ser judgado en los Estados Unidos donde podría afrontar una condena de 70 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad. Como la mayoría de los Hackers, Gary posee una formación autodidacta. Con tan sólo 17 años dejó el colegio y comenzó a trabajar de peluquero. Pero todo cambió en la década de los 90, cuando descubrió que podía vivir de lo que era su pasión desde que tuvo su primer ordenador con 14 años: la informática. Gary se matriculó en un cursillo gracias al cual consiguió la titulación necesaria para trabajar como administrador de redes.


Desde siempre, Gary se había sentido fascinado por los OVNIs. En la más pura tradición de la conspiranoia, Gary creía firmemente en la existencia de dichos objetos extraterrestres y en que el gobierno norteamericano ocultaba información sobre los mismos.

Todo comenzó a principios de siglo, en el año 2001. Por aquel entonces Gary, llevaba una temporada en paro. Y no por haber sido despedido. Gary había renunciado a su trabajo en Corporate Business Technology, una empresa de telecomunicaciones, porque le resultaba demasiado aburrido. Debido a ello, pasaba los días en su casa londinense del barrio de Wood Green, al norte de Londres, en donde se entretenía buscando agujeros de seguridad en diversas redes informáticas. Su nombre empezó a ser conocido en la red bajo el apodo de “Solo”. Y de esa forma, en solitario y desde su casa, llevo a cabo la mayoría de sus ataques. Su primer error fue por tanto desoir uno de las reglas principales de un hacker: nunca hagas nada ilegal desde casa.
Como en casi todos los casos de hacking, sorprende la sencillez de las técnicas utilizadas por Gary para introducirse en estos complejos sistemas militares. Su modus operandi consistía en utilizar un script Perl que buscaba contraseñas que tuvieran cero caracteres, o dicho de otra forma, ordenadores en los que la contraseña por defecto no había sido cambiada.
Pronto los ataques de “Solo” pasaron a mayor escala. Desde su casa y a lo largo de un año, Gary consiguió introducirse en las redes de la Nasa, el Ejército, la Marina, el Departamento de Defensa y la Fuerza Aérea estadounidense, introduciéndose por completo en la red informática del Pentágono. Dicha red, considerada una de las más seguras del mundo, soporta más de 25.000 ataques informáticos al año.
No contento con curiosear, Gary crackeo los sistemas militares: robó contraseñas, eliminó 1.300 cuentas de usuario y dejó la red informática de Defensa fuera de servicio durante casi una semana. Sin embargo las intenciones de Gary eran más “humanísticas”. Su objetivo, como el mismo lo describió, era:
Buscar evidencias de la existencia de OVNIs y probar que el gobierno estadounidense posee tecnología antigravitatoria. Esta tecnología permanece oculta ya que al gobierno norteamericano no les interesa que se pueda producir energía libremente.

                                                    

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